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domingo, 22 de mayo de 2011

EMOCIONADO VÉRTIGO



Santiago Alba Rico
Cubadebate
sab, 21 mayo 2011 07:07 CDT

Madrid - Puerta del Sol



Jóvenes españoles congregados en la Puerta del Sol protestan contra la arbitrariedad y la corrupción del poder político
Para los que hemos seguido de cerca las dos ocupaciones de la Qasba de Túnez, es muy difícil no sucumbir al emocionado vértigo de un déjà vu ante las imágenes de los jóvenes que desde el lunes pasado dignifican la Puerta del Sol con su presencia: las lonas y los cartones, los papelitos con consignas pegados en los muros, las asambleas permanentes, las comisiones de abastecimiento, limpieza y comunicación, la obstinación frente a esa lluvia torrencial que tantas veces se ha utilizado para justificar la abstención electoral. No nos engañemos: las protestas en España se inscriben sin duda en la misma falla tectónica global y prolongan y readaptan el mismo modelo organizativo inventado en Túnez y en Egipto (y en Bahrein, Jordania, Yemen, etc.). El capitalismo ha fracasado en todo, salvo en globalizar las respuestas.

"Miles de jóvenes españoles protestan contra las dificultades económicas", titula el diario francés Le Monde. Es verdad. También en Túnez el paro, la pobreza y la inflación tuvieron mucho que ver en el estallido de las revueltas. Pero lo impresionante no es esto. Lo impresionante es que en ambos casos los manifestantes hayan reclamado y reclamen "democracia". En el caso de Túnez y del mundo árabe todos esperaban que sus ciudadanos invocasen la sharia -una variante religiosa de la Ley- frente a la arbitrariedad y la corrupción; en España todos los análisis apuntaban a una penetración rampante del discurso neofascista como respuesta a la inseguridad económica y social y al desprestigio de la política: la derecha conservadora parecía, a uno y otro lado del mediterráneo, la única fuerza capaz de canalizar, deformándolo, el malestar general. Pero hete aquí que lo que los jóvenes piden por igual, aquí y allí, en Túnez y en Madrid, en El Cairo y en Barcelona, es "democracia". ¡Democracia de verdad! Que la pidan los árabes parece razonable, pues vivían y viven todavía sometidos a dictaduras feroces. Pero que la pidan los españoles es más extraño. ¿Acaso España no es ya una democracia?

No, no lo es. En Túnez, un pasito por detrás, aún se confía en que sea suficiente con tener constitución, elecciones, parlamento y libertad de prensa para que haya democracia. En España, calzada de pronto con botas de siete leguas, se ha comprendido en un relámpago que las instituciones no bastan si quien gobierna las vidas de los ciudadanos es el mercado y no el parlamento. Estos jóvenes sin casa, sin trabajo, sin partido, han asociado con intuición certera las "dificultades económicas" al gobierno dictatorial, no de una persona concreta, no, sino de una estructura económica que desactiva ininterrumpidamente todos los mecanismos políticos -de la judicatura a los medios de comunicación- que deberían garantizar el juego democrático. Estos jóvenes sin futuro han sabido desnudar de un golpe la falacia subcutánea que durante décadas ha sostenido la legitimidad del sistema: la identidad entre democracia y capitalismo. En Túnez y en Egipto el capitalismo daba palos; en España unas pocas golosinas. Ningún régimen económico ha exaltado tanto la juventud como valor mercantil y ninguno la ha despreciado tanto como fuerza real de cambio: mientras la publicidad ofrecía una y otra vez la imagen inmutable de un deseo siempre reverdecido, eternamente joven, los jóvenes españoles sufrían el paro, el trabajo precario, la descalificación profesional, la exclusión material de la vida adulta y, a poco que se sustrajesen a las normas socialmente aceptadas del consumo pequeñoburgués, la persecución policial. En el mundo árabe, para que no reclamasen una existencia digna, a los jóvenes se les golpeaba y metía en prisión; en Europa, para que no reclamen una existencia digna, se les ofrece comida basura, televisión basura, el tiempo basura de los supermercados y las movidas. En Túnez, los jóvenes que no podían acceder a una vida adulta, eran retenidos en sus cuerpos a porrazos; en España, los jóvenes que no pueden comprar su propia casa ni vender sus competencias laborales, aún pueden adquirir tecnología barata, ropa barata, pizzas baratas. Retenida lejos de los centros de decisión, despreciada o sobreexplotada en el mercado laboral, moldeada por hábitos homogéneos de consumo, la juventud ha acabado por convertirse (en Europa y en el mundo árabe) en una "clase social" que, por sus propias características materiales, no reconoce límites de edad. Pero nos habíamos equivocado: si la represión no funciona, tampoco sirve lo que Pasolini llamaba en los años 70 el "hedonismo de masas". Golpes o golosinas, los jóvenes no aceptan ser tratados como niños; no se dejan ni amedrentar ("sin miedo", gritan aquí y allí) ni comprar ("no somos mercancías"). La puerta del Sol en Madrid demuestra también el gran fracaso "cultural" del capitalismo, que ha querido mantener a las poblaciones europeas en una permanente minoría de edad alimentando sólo el hambre: de chucherías, de imágenes, de intensidades puras. Asustados o corrompidos, a los niños se les podía dejar votar sin peligro de que su voto mantuviese ninguna relación real con la democracia. Por eso, en Túnez y en Madrid, los jóvenes piden precisamente democracia; y por eso, en Túnez y en Madrid, han comprendido certeramente que la democracia está orgánicamente ligada a esa cosa misteriosa que Kant situaba tajantemente fuera de los mercados: la dignidad.


Tracy Chapman - Talkin` Bout a Revolution






3 comentarios:

  1. QUE?
    ¿XA REFLEXIONAMOS BASTANTE?
    POIS AGORA A VOTAR CON RESPONSABILIDADE.
    MÁIS QUE NUNCA.

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  2. Gran artículo Perseo.Esta mañana leía el libro de Trotsky"La revolución española 1930-1939", y en su prólogo, Juan Ignacio Ramos decía:"Cuando el planeta se encuentra sacudido por la mayor crisis del capitalismo en sesenta años, cuando la revolución llama a la puerta del mundo árabe,cuando la burguesía ha desplegado una brutal ofensiva política y económica contra las conquistas históricas del movimiento obrero, el anális de la revolución socialista y de la guerra civil que sacudió al Estado Español en 1931-1939 cobra una nueva luz." E dende logo que a cobra, luz de estadio de fútbol.

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  3. VISTO LO VISTO, ¡CONMOCIONADO VÉRTIGO!.

    Ay mi madriña! ¡que desjrasia! ¡Que equinosio!

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