Muchos años atrás no existía la psiquiatría, no existían estos antidepresivos que hoy en día se usan frecuentemente. La gente se sentía sola, lloraba, sufría, se enfadaba, se frustraba y todos estos sentimientos los sobrellevaba y podía hacerlo de por vida o acabar por sentirse bien sin necesidad de esta medicación. Ahora, la gente vive estresada, se siente sola, llora, sufre, se enfada y se frustra, y con cualquiera de estos síntomas acude, sin dudarlo, al psiquiatra en busca de recetas que le hagan ahogar todos esos sentimientos. Y yo me pregunto: ¿Es realmente necesario? ¿Nos hemos convertido en seres tan dependientes de la innovación farmacéutica que acabamos abusando de ella? ¿Somos débiles o es que nos acomodamos en cuanto nos brindan la oportunidad de una solución rápida?.
Creo que la psiquiatría se ha convertido en una empresa que basa su riqueza haciéndonos creer que nuestros sentimientos negativos necesitan, a la fuerza, una solución química. En la vida hay algo más importante que incrementar su velocidad. Ya lo decía Gandhi. Probablemente, muy poca gente se para a leer este artículo, puesto que su título no hace referencia a ningún acontecimiento político reciente, ni al valor de las acciones. Otros mirarán antes al minutero de su reloj para saber cuánto tiempo exacto les queda antes de volver a emprender alguna actividad.
Hoy, más que nunca, las personas vivimos enfrascadas en una particular carrera de obstáculos en la que controlar el cronómetro es el objetivo principal. Los pueblos se han vuelto anónimos; nadie va a conocer a sus vecinos, ni a revelar sus secretos, nadie se queda quieto durante más de cinco minutos para contemplar e interpretar lo que nos dice. La prisa es el motor de todas nuestras acciones, cada vez más y más aceleradas. Y vivimos economizando cada segundo, rindiendo culto a la psiquiatría que no nos hace mejores.
- Escoitar música clásica, pos vale. Pero tamén jazz, heavy metal, blues ou o que pida o momento.
ResponderEliminar- Practicar unha actividade sosegada, si, pero o contrario tamén vale. Hai actividades moi placenteiras que non son nada sosegadas (ji, Ji).
- Ler un libro, ou dous e ata tres (non fan dano ningún).
- Chorar sen pastillas. Claro, sobre todo desafogar cos amigüitos.Que pa iso estamos, non só para as festas, aínda que tamén.
E se me escurre algunha máis :
aparcar de cando en vez o mundo virtual e facer por vernos un pouco máis.
Bicos Óleo. Ansias de verte.
Abuueeeloo! Ahora toca a azul, que nos imos de parranda, de hospital en hospital, a ligar cas enfermeiras. Xa verá vostede, o ben que o fan os de PPCIU KLAN. Nunca mudan. JUbilado indignado.
ResponderEliminarÁnimo ós avos que se enVIAGRen, collan de cachaba e mallen en tódol@s polític@s caraduras e corruptos, ata botalos fóra. Un derradeiro ser vicio patriótico. JU vi la luz.
ResponderEliminarTa,ta,ta...Pastillas...Viño, alegría e noces.
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